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Channel: Flora Belalcazarensis
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Una gatuña especial

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 Ejemplar en flor de Ononis varelae en las Vegas de Orea (Belalcázar). 04.2004.

Gatuña, uñagato o uña de gato es el nombre que reciben por Sierra Morena las plantas leguminosas del género Ononis, sobre todo las de flor rosada. El representante más común es la gatuña espinosa o quebrantabueyes, que florece a finales de primavera y a lo largo del verano. Sin embargo, por Belelcázar y los municipios cercanos podemos encontrar una planta parecida pero más humilde -de hasta 15-20 cm-, anual, con tallos verdes y carente de espinas, que florece hacia el principio de la primavera. Se trata de la especie Ononis varelae, que a diferencia de la gatuña espinosa es un endemismo, es decir, una planta que a nivel mundial tiene un área muy restringida. 

Imágenes de O. varelae. Belalcázar, 04.2014.

O. varelae tiene su centro de distribución en el tramo centro-oriental de Sierra Morena, siendo exclusiva de las provincias de Huelva, Sevilla, Córdoba y Jaén, donde aparece formando pequeños rodales en los claros forestales o en pastizales poco alterados sobre afloramientos de esquistos y pizarras. Se describió en 1986 por el Dr. Juan A. Devesa, actualmente director del Jardín Botánico y profesor de la Universidad de Córdoba, cuyo primer trabajo extenso de investigación, a principios de los años 80 del pasado siglo, versó sobre la flora silvestre del batolito de Los Pedroches.

La reina de las flores

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Aspecto de matas de Paeonia broteroi.  Izq.: Puerto de la Chimorra, entre Pozoblñanco y Alcaracejos, 04.2009. Der.: Mira de Aire, Portugal, 03.2011

La especie reina de las flores en esta época en Sierra Morena, floreciendo según la altitud entre marzo y mayo, es sin duda la peonía, Paeonia broteroi. Su nombre está dedicado a Félix Avelar Brotero (1744-1828), el más importante de los botánicos portugueses; la planta se distribuye desde el centro de Portugal hasta el Sur de España. P. broteroi es una especie rizomatosa que permanece bajo el suelo desde los momentos más secos del verano hasta al menos el otoño, o en los años más crudos el final del invierno, cuando emite unas hojas divididas en grandes lóbulos alargados, con largos peciolos que nacen del centro de la mata al nivel del suelo. Luego aparecen los tallos, jalonados por hojas similares y coronados por bellas flores de color rosado, parecidas a los de las escaramujos o rosales silvestres pero notablemente más grandes.

Ejemplar de P. broteroi, cultivado en Belalcázar. 17.04.2014

Las peonías son propias de zonas forestales, apareciendo en el sotobosque de encinares y otros tipos de bosques maduros, donde suelen disponerse en los claros para recibir adecuada iluminación. Es raro verlas fuera de esos hábitats salvo en zonas muy lluviosas, ya que son plantas exigente en humedad ambiental y en enclaves donde se retengan las nieblas y rocíos.

Empieza el verano, y con él la floración del sauzgatillo

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Floración del sauzgatillo. Planta obtenida de semilla belalcazareña y cultivada en Valencia. 06.2014.

Días arriba o abajo, el sauzgatillo (Vitex agnus-castus) empieza a florecer con la entrada del verano, al acercarse el día de San Juan. Ya hemos hablado alguna vez de este bello arbusto, compañero de tarajes y adelfas a la vera de los arroyos, y que como aquellas otras especies puede ser guiado por la poda hasta dar portes arbóreos. Recordad que el nombre agnus castus (="casto cordero") hace referencia a la castidad, ya que en épocas antiguas se pensaba que la infusión de las hojas y flores de esta especie reducía el apetito sexual, por lo que se plantó frecuentemente en los jardines de conventos y monasterios por todos los países ribereños del Mediterráneo; dicho sea de paso, parece que estas virtudes le fueron atribuídas en exceso, cuando por sus efectos no pasa de ser un tranquilizante y ligeramente sedante, de calidad inferior a la de tilos y valerianas.

Id, al anterior, plantas cultivadas de origen belalcazareño, con ejemplares de flores violáceas (izq.) y blancuzcas (der.). 06.2012 y 07.2013.

El sauzgatillo es planta propia de arroyos y riberas sobre materiales geológicos silíceos (pizarras, cuarcitas, esquistos, areniscas, granitos, etc.) que dan suelos neutros o ácidos con pH a 7, vegetando mal en los afloramientos de calizas u otras rocas de pH básico (superior a 7). Suelen poseer varios pies en la base, a menudo como respuesta a la rotura de sus primeros tallos por las avenidas fluviales.

 Frutos (izq.) y flor (dcha.) de sauzgatillo. 10.2006 y 07.2007.

Toda la planta es muy aromática, con un  olor característico, y las hojas son palmeadas con folíolos muy alargados. Las flores forman verticilos o pisos, reuniéndose en grupos alargados similares a espigas. Pueden variar del violeta al blanco, aunque las formas más habituales son azuladas y de color cárneo claro. Los frutos recuerdan por su aspecto a granos de pimienta, por lo que el nombre de la especie en algunas zonas de España, y también en otros países ribereños del Mediterráneo, sería el de 'pimienta de río' o 'pimentero de río'. 

Emisión de nuevas hojas del sauzgatillo. Ribera del Zújar en la confluencia con el Arroyo del Hato, Belalcázar, 04.2001.

En España, el sauzgatillo se distribuye fundamentalmente por la mitad septentrional de la península y en algunos enclaves de Baleares, haciéndose muy rara en la mitad meridional. El Zújar atesora poblaciones aisladas del resto de las existentes en el territorio ibérico, y parte de ellas se encuentran precisamente en Belalcázar, donde la planta llega a ser dominante en la confluencia del río con el Arroyo del Hato. Aguas arriba del arroyo, Claudio Rodríguez localizó hace más de una década ejemplares de gran talla. En la foto adjunta posa junto a uno de ellos, al que en el verano de 2003 medimos una circunferencia de 1,45 m en la base -en torno a 25 cm de diámetro- y 0,47 a la altura del pecho en el tronco principal.

Claudio Rodríguez, junto a un  ejemplar de gran talla de sauzgatillo en el Arroyo del Hato de Belalcázar. 08.2003.

El sauzgatillo se ha incluido tradicionalmente en la familia de las Verbanáceas, a la que pertenecen plantas como la verbena común o hierba de San Juan (Verbena officinalis). Sin embargo, estudios genéticos más recientes basados en técnicas moleculares han  demostrado que debe incluirse en la familia de las Lamíaceas o Labiadas, a la que pertenecen gran  parte de nuestras plantas aromáticas de terrenos naturales como el romero, el tomillo, el cantueso, la ajedrea, etc. De hecho, si os fijáis en la macrofotografía de una flor mostrada antes, veréis que recuerda mucho a la de un tomillo, vista desde arriba. Como muchas de estas especies, ha sido objeto de cultivo y se encuentra plantado en jardines -p.ej., en el Campus de Rabanales de la Universidad de Córdoba, donde hay ejemplares monumentales, o en las inmediaciones de la Puerta de Sevilla de la muralla cordobesa-, siendo muy utilizadas las variedades de flores con color añil o violáceo más intenso. 



Floración de ejemplar ornamental de sauzgatillo en Valencia.  06.2006 

Exposición sobre Al-Gafequi en el Ayuntamiento de Belalcázar

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Tierra Creativa, entidad que promueve la iniciativa ‘Apadrina un Monumento’, exhibe estos días en el Ayuntamiento de Belalcázar una exposición fotográfica sobre el busto de Al-Gafequi de la capital cordobesa, que se encontraba en un estado de progresivo deterioro. La exposición consta de una serie breve de fotografías en cuyos pies se indican los diferentes procesos de restauración a que se ha sometido la escultura.

Imagen de parte de la exposición


Al-Gafequi fue uno de los más prestigiosos médicos de la cultura árabe-andalusí, siendo autor de la ‘Guía del Oculista’, el más importante tratado antiguo sobre oftalmología. De nombre Muhammad Ibn Qassoum Ibn Aslam Al-Gafequi , nació en Gafig (la actual Belalcázar) y se formó en Córdoba y Bagdag, las dos mayores capitales culturales del planeta en aquella época. Como quizá conoceréis, se piensa que la palabra ‘gafa’ o ‘gafas’ del actual castellano, que carece de raíz latina, griega o íbera antigua conocidas, provendría probablemente de Gafig/Gafequi, al atribuirse a Al-Gafequi parte del mérito de la invención y desarrollo de las gafas. 

Nueva edición de ‘El Halcón y la Columna’

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Desde mañana jueves hasta el domingo 10 de julio se sucederán sendas representaciones de la nueva versión mejorada de ‘El Halcón y la Columna’, recreación histórica del nacimiento del Condado de Belalcázar, siguiendo el texto de Francisco Benítez. Como en las anteriores ediciones, ésta se desarrollará en el Patio de la Huerta del Convento de Santa Clara de la Columna, y será interpretada por un alto número de voluntarios belalcazareños, que llevan ya varios meses de ensayos a sus espaldas. Como en las anteriores ediciones, prevemos un éxito rotundo de esta iniciativa. 

Los 'Liriope' o lirios de verano

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Salvo raras excepciones como la ceborrancha (Urginea maritima), nuestras plantas bulbosas y rizomatosas nativas florecen por Los Pedroches en primavera en incluso en el invierno.  Lo mismo ocurre con muchas plantas similares cultivadas de origen europeo como la mayoría de tulipanes, jacintos, etc. A cambio, entre las plantas que provienen de otros continentes, algunas florecen a menudo en pleno verano, lo que permite usarlas para adornar patios y ventanas. De entre ellas, algunas de las más populares son los llamados lirios de verano, también conocidas por su nombre técnico ‘Liriope’, derivado a su vez del nombre científico de una de las especies de este grupo, Liriope muscari. Se trata de plantas de diversos géneros originarios de zonas templadas a tropicales del S, SE y E asiático, pertenecientes a la familia Asparagaceae, la misma de nuestras esparragueras (Asparagus spp.).

Aspecto de la planta cultivada e inflorescencia de Liriope muscari

Liriope muscaritiene hojas aplanadas y tenaces que acaban formado macollas en las macetas; el apelativo 'muscari' hace referencia al género de plantas Muscari, que abarca las plantas silvestres que tradicionalmente se denominan como 'moritos' o 'nazarenos', a las que recuerda vagamente la inflorescencia de esta otra especie cultivada. Las flores suelen ser de color violáceo o lila claro, raramente blancas. No es habitual que fructifiquen, probablemente porque necesitan polinización cruzada y lo que se suele tener en cada casa son plantas propagadas vegetativamente. Existen numerosas variedades ornamentales, pero la más extendida en nuestros patios es la hojas de color uniforme, verde oscuro por el haz y más claro en el envés.

Frutos y flores de Ophiopogon japonicus.

Otra especie habitual, parecida a la anterior pero de mayor talla, con floración más retrasada (del centro del verano al otoño), es Ophiopogon japonicus –algunas de sus variedades se atribuyen a una especie próxima, O. jaburan), de flores blancas colgantes que luego dan lugar a atractivos frutos azulados, exhibiendo su llamativa coloración entre el invierno y la primavera del siguiente año. Además de la vía vegetativa, mediante fragmentación del rizoma, esta especie se puede multiplicar de semilla, que germina con relativa facilidad. Cada fruto maduro contiene una única semilla, de forma similar -elipsoidal- y color marfileño.

 Inflorescencia de Ophiopogon japonicus.

Tanto los Liriopecomo los Ophiopogon suelen resistir bien las heladas suaves, razón por la que su uso se extiende en Europa más allá de la zona mediterránea. Además de como plantas de maceta, es habitual verlas en jardines, formando grupos o alineamientos perimetrales.

Frutos maduros de Ophiopogon japonicus.


150.000 visitas al blog

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Acabamos de sobrepasar las 150.000 visitas al blog. Ánimo, vamos a por las 200.000!!!

Exposición de Damián Flores

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Damián Flores durante el acto de presentación de su exposición. Foto: E. Laguna, 08.08.2014

Desde ayer 8 de agosto, y hasta el próximo 18 del mismo mes, se encuentra expuesta en el Museo de Etnología de Hinojosa del Duque la colección ‘Al Sol de la Infancia’ de nuestro más conocido pintor, Damián Flores Llanos; el tríptico de la exposición ha sido redactado por el escritor y periodista  Jesús Marchamalo. La muestra está formada de cuadros de pequeño y mediano formato, sobre los paisajes rurales y urbanos de Belalzcázar e Hinojosa, reflejando particularmente el ambiente estival, cargado de tonos ocres y amarillentos. Con  esta muestra, Damián ha querido rendir un pequeño homenaje a esos recuerdos anclados en su infancia y juventud, de modo que muchos de los cuadros, aun representando edificios y pasiajes reconocibles en la actualidad, muestran el aspecto que realmente tenían hacia los años 70 y 80.

Imagen de uno de los cuadros de la exposición, donde se ilustra el convento de Santa Clara de la Columna de Belalcázar y su entorno 

Os recordamos que para conocer más sobre la trayectoria artística y obras de Damián Flores podéis visitar su página web http://www.damianflores.com/ 

Las verdolagas, de verduras a plantas ornamentales

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Muchas plantas que en el pasado sirvieron de alimento humano han acabado teniendo otros usos, además de convivir con nosotros como plantas nativas, o en su caso asilvestradas a partir de los cultivos. Un  ejemplo típico serían las especies que se usan actualmente como comida de las aves canoras (mijo, panizo, trigo sarraceno, etc.) que hasta hace poco más de un siglo se usaban como cereales. Otro caso reseñable sería el de las verdolagas.

Verdolaga común o silvestre (Portulaca oleracea). Foto del entorno de la fuente del Pilar en Belalcázar.

Las verdolagas son las especies del género Portulaca(familia Portulacaceae, Portulacáceas), un grupo de especies de origen subtropical y mediterráneo, presentes en nuestra flora silvestre a través de la especie Portulaca oleracea, la verdolaga común. Esta especie posee numerosas variedades y subespecies de difícil distinción, ya que para corroborar su identidad debe acudirse al estudio de la testa o cubierta de las semillas, que crecen en sus frutos en forma de copa con una cubierta a modo de tapa, que se abre y cae con la maduración; este tipo de fruto suele recibir la denominación técnica de 'pixidio'. Las semillas tienen forma arriñonado-circular, a menudo rugosas y más achatadas por el centro, adaptada para poder transportarse fácilmente por las hormigas.

Pixidio de verdolaga común, mostrando sus semillas.

La verdolaga común se ha usado tradicionalmente en Belalcázar como alimento para los animales domésticos, pero la gente mayor aún recuerda que en tiempos de escasez de alimento se usaban con verdura, añadiéndose al cocido, hervidos u otros guisos, e incluso consumiéndose en cruda en ensalada.  De hecho en el pasado fue una verdura apreciada, con razas cultivadas que se domesticaron y extendieron en época árabe-andalusí; a diferencia de las actuales, aquellas formas cultivadas solían tener portes erectos para facilitar su siega.

Manojo de verdolaga, segada para dar de comer a conejos y otros animales domésticos.

Aunque las verdolagas comunes pueden salir en nuestras macetas -y si compiten poco con las plantas cultivadas pueden dejarse crecer para que nos ofrezcan sus  flores intensamente amarillas-, en la actualidad se comercializan al menos dos especies ornamentales del mismo género: Portulaca grandiflora y P. umbraticola, ambas exóticas, aun que no suelen asilvestrarse aquí. La primera tiene las hojas cilíndricas y algo grisáceas, y a menudo se comercializan sus formas ‘pleniflora’ o de flor doble, de colores muy variados. Esta especie se hizo popular hace varias décadas, decayendo luego su empleo. A diferencia de la mayoría de plantas de flor doble de otras especies, la de P. grandiflora posee tanto estambres como estigmas y suele producir abundantes semillas.

Flores de flor doble de Portulaca grandiflora.

Flor de Portulaca umbraticola, donde se aprecian bien los estambres y el estigma dividido en 4 lóbulos alargados.

La segunda especie, P. umbraticola, tiene tonos similares de color floral –rojos, rosados, anaranjados, amarillos o blancos- pero las hojas son planas y más verdosas , a menudo orladas de rojo en el borde foliar.  En la actualidad es la verdolaga ornamental más fácil de observar en macetas y patios, e incluso formando arriates en jardines. Las formas más extendidas son las de flor sencilla, con 5 pétalos grandes de color uniforme o jaspeado. Cada mata suele poseer flores de un  único color, pero a menudo se comercializan en una sola maceta varios ejemplares con colores florales diferentes entre sí. 

Plantas con flores de color uniforme de P. umbraticola

Flores jaspeadas en 2 colores en P. umbraticola.


El género Portulacaes de amplia distribución en África, Eurasia y América, y muchas de sus especies apenas si se asemejan a las que aquí conocemos como silvestres o cultivadas. En su familia, las Portulacáceas, además de especies herbáceas las hay tambien leñosas, arborescentes e incluso arbóreas. Entre ellas destaca por su uso como planta de jardinería la especie Portulacaria afra, que no suele florecer en nuestro clima, y que se asemeja por su aspecto a los llamados ’arbolitos de jade’ (especies  arborescentes del género Crassula, como la popular C. ovata). P. afra es originaria del S de África, se propaga fácilmente mediante esquejes, y su tamaño se adapta al de la maceta donde se cultive, exhibiendo a veces portes parecidos a los de los bonsai. 

Hojas y aspecto del porte de Portulacaria afra.


El Pilar y su ova

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Madejas de ova en la fuente del Pilar de Belalcázar.

El abrevadero de las fuente del Pilar es uno de los mejores sitios para ver en Belalcázar las algas continentales que conocemos como ‘ova’.  Se trata de algas filamentosas que pertenecen a diversos géneros, fundamentalmente a Cladophora y en ocasiones a Enteromorpha. La identificación de las especies, salvo raras excepciones, es imposible a simple vista, necesitando del uso del microscopio. Los filamentos se reúnen formando madejas densas , que sirven de refugio a muchas especies de animales acuáticos, y a menudo también de sitio óptimo para sus puestas, haciendo la función de nidos.

Borde de una madeja de ova, donde se aprecian bien los filamentos del alga que la componen.

Burbujas de aire atrapadas en un fragmento de ova.


Aunque en sitios de aguas corrientes suelen aparecer especies que forman películas sobre las piedras y otros sustratos, en las estancadas crecern especies que emergen hasta la superficie, flotando gracias a las burbujas de agua que quedan atrapadas en las madejas de filamentos. Sobre las ovas pueden verse a menudo especies acuáticas de cierta talla como ranas, culebras o incluso pequeñas aves limícolas en busca de alimento.

Rana común (Rana perezi) sobre la ova de la fuente del Pilar.

Finalizadas las representaciones de ‘El Halcón y la Columna’

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La pasada noche finalizaron las representaciones (4 en total) de esta nueva edición de la obra ‘El Halcón y la Columna’ de Francisco Benítez, que recrea los hechos principales de la saga de los Sotomayor y la creación del Condado de Belalcázar, hasta la creación del convento de San Francisco. Esta nueva edición ha superado ampliamente las expectativas, reuniendo hasta 140 actores locales que han  participado como voluntarios en esta recreación teatral de la historia belalcazareña, bajo la dirección de Rafael Patiño y la codirección de Ricardo Luna. En esta nueva edición se ha mejorado el guión, dando más peso al inicio de la saga condal a través de  Guterre de Sotomayor, Maestre de la Orden de Alcántara, magistralmente interpretado por Antonio Murillo. Como en ediciones anteriores han tenido especial peso interpretativo los personajes de Álfonso de Sotomayor, representado por Paco Quintana, y el de Doña Elvira de Stúñiga, por Loles Moreno. Como ocurrió al final de la anterior edición, tocará esperar probablemente otros 4 años para la nueva versión, a la que ya han dicho que desean apuntarse muchos de los intérpretes de la actual. Desde aquí redoblamos la enhorabuena a todos cuantos han hecho posible esta excelente nueva versión de la obra de Francisco Benítez. Os recordamos que podéis encontrar más información en el blog de la obra, http://elhalconylacolumna.blogspot.comy en el del Ayuntamiento de Belalcázar, http://ayuntamientodebelalcazar.blogspot.com.es/

Nueva muestra de obras de artistas locales de Belalcázar

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Como en años anteriores, la Asociación Amigos de Belalcázar ha organizado, con la colaboración del ayuntamiento belalcazareño, la exposición sobre artistas locales, que presentan algunas de sus obras en el edificio del antiguo Pósito Municipal.

Imagen de la apertura de la exposición, 11.08.2014

Imagen de una de las obras hiperrealistas de gran formato aportadas a la exposición por Pepi Medina

En esta ocasión, además de contar con obras de la mayoría de artistas de las ediciones anteriores, se han incorporado otros nuevos de muy variados estilos y técnicas. Por supuesto no han faltado obras de artistas más conocidos o profesionales, como Damián Flores, Pepi Medina o José Luis ‘Molano’.

David Capilla, uno de los artistas de nueva incorporación a la muestra anual, posando junto a sus obras, que representan a personajes de cómics. 


Además de la pintura, que tradicionalmente había copado casi todas las obras expuestas, este año se ha contado con la aportación de dos escultores: Francisco Núñez, con sus trabajos en hierro forjado -para quienes no conocen su obra es el autor del busto de Sebastián de Belalcázar existente en la plaza del mismo nombre en nuestra localidad-, y Blas Pérez, con sus imágenes realizadas sobre cartón fallero 

Imagen de dos de las esculturas aportadas por Blas Pérez Aranda a la muestra de artistas belalcazareños.


En breve se presentará información más detallada de la exposición en el muro de Facebook y el blog de la asociación, en la dirección:
http://informativobelalcazar.blogspot.com.es/

El tornasol de tintoreros

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Aspecto de la mata de Chrozophora tinctoria

Aunque en Belalcázar se suele llamar ‘tornasol’ al girasol (Helianthus annuus), ese mismo nombre se da tradicionalmente en gran parte de España a una de las plantas más usadas en el pasado para la obtención de tintes. La tintura de tornasol se extraía de la especie Chrozophora tinctoria, planta abundante en tierras belalcazareñas, donde aparece a menudo durante el verano en cunetas, baldíos y sembrados en reposo o barbecho.

Flores masculinas del tornasol. Los pedúnculos recurvados en la base del tallo floral corresponden a las flores femeninas, no abarcadas en la foto.

Inflorescencia del tornasol, junto a frutos en desarrollo.

El tornasol de tintoreros es pariente cercano de las lechetreznas (género Euphorbia) aunque su aspecto es bastante diferente, más parecido de lejos al de los cenizos (especies de hojas cenicientas del género Chenopodium).  No se sabe bien su origen, y aunque es posible que viniera del Mediterráneo Oriental, Asia Menor o el N de África en el pasado, cuando pudo cultivarse para la obtención de tintes, se la suele considerar como parte de la flora nativa de la península Ibérica.


Como la mayoría de euforbiáceas, el tornasol tiene las flores masculinas y femeninas en el extremo de los tallos, pero separadas entre sí. Las últimas dan lugar a frutos de aspecto verrugoso, con  3 semillas gruesas en su interior. 



El tornasol, como la mayoría de especies tintoreras, llegó a cultivarse en algunas zonas de la península, mientras en otras probablemente sólo se recolectaba sin necesidad de mantenerla en huertos y sembrados. En la actualidad es una de las especies más características del paisaje veraniego belalcazareño.

Las repoblaciones de frondosas siguen por el buen camino

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Aspecto de las plantas repobladas, fotografiadas en estos días de agosto de 2014.

Las repoblaciones abordadas en los parajes belalcazareños de Rebasco y Cantos Blancos, a las que solemos dedicar alguna nota cada año en el blog, llevan una marcha excelente, y las encinas (Quercus ilex subsp. rotundifolia) van despuntando cada día más en el paisaje, al tiempo que aumenta la diversidad del estrato herbáceo y se afianzan y crecen las retamas (Retama sphaerocarpa) que ya existían en la zona. Incluso las partes repobladas que sufrieron años atrás un incendio forestal, se han regenerado hasta alcanzar un porte similar al de las zonas no quemadas.  


Zona repoblada fundamentalmente con encinas (de copas más oscuras) y algarrobos (de color verde más claro)

Entre los aspectos más destacables está la buena salud de los algarrobos (Ceratonia siliqua) que se introdujeron en algunos de los tramos de la repoblación. Vista la continentalidad de este zona y la dureza de sus inviernos, la supervivencia de los algarrobos era poco predecible, ya que se trata de una afamada planta termófila, amante de loas temperaturas cálidas. Sin embargo, parece claro que la alta humedad ambiental invernal  de la comarca y las abundantes lluvias que se suelen recibir entre el otoño y la primavera cada año, protegen mejor a las raíces de la planta contra las heladas.

Nuestro pariente del jazmín azul

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Plumbago auriculata, especie ornamental sudafricana conocida como 'jazmín azul'

El llamado ‘jazmín azul’ es una especie sudafricana de planta trepadora, usada extensivamente en jardinería, y relativamente popular por su rusticidad. Se trata de la especie Plumbago auriculata (=P. capensis), que pertenece a la familia de las Plumbagináceas, de óptimo mediterráneo y subtropical, pero con génerios relictos en otros continentes y climas. A pesar de su nombre popular, poco tiene que ver esta especie con los verdaderos jazmines (género Jasminum, familia de las Oleáceas), y por supuesto sus flores no están perfumadas. Los cálices del jazmín azul se adhiren con facilidad a cualquier objeto, animal o persona que pase a su lado, lo que asegura la dispersión de sus semillas; no obstante, en nuestro clima es raro llegar a verlo fructificado, y no suele asilvestrarse con facilidad.

 Mata de la borra (Plumbago europaea). Ejemplares fotografiados en el entoprno del Castillo de los Sotomayor en Belalcázar.

El género Plumbago tiene una especie en el viejo continente, P. europaea, que en poco recuerda al aspecto de su pariente sudafricano, salvo en la forma de los inconfundibles cálices de la flor. A diferencia de la ornamental, ésta otra suele ser una mata humilde que raramente llega a 50 o 60 cm, de porte desaliñado, con pocas ramas, divergentes del tallo. Se trata de una planta que en la Península Ibérica se extiende por las comarcas de paisajes más esteparios, estando bien representada en Belalcázar. Recibe diversos nombres locales, como ‘mata de la borra’, probablemente derivado de la capa pelosa que cubre sus hojas y tallos y que acaba desprendiéndose, confiriéndole el aspecto de restos de lana; a veces lo que la planta acumula son verdaderos mechones de lana y pelo de los animales, ya que la ser sus tallos algo adherentes –sobre todo hacia la inflorescencia-, acaban por acumularlos cuando las ovejas pastorean cerca de las matas.  Para observar plantas de Plumbago europaea basta con acercarse en verano al Castillo de Belalcázar, porque en los caminos que acceden a él no son raras las matas de esta especie, aunque por su color grisáceo pueden pasar desapercibidas.

 Flores de P. europaea, donde se aprecian de paso los cálices, muy parecidos a los de P. auriculata.


Bienvenida al viajero

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Para el viajero que viene desde Extremadura por la carretera A-422, la llegada al casco urbano de Belalcázar la anuncia un cartel viario –como siempre sin acento en la segunda A de Belalcázar, a pesar de que en castellano es obligatorio en los nombres escritos en mayúsculas-, tras el que se erguía hasta hace poco un frondoso ejemplar de pino piñonero. 


El árbol está muerto hace algún  tiempo, y como ocurre en la mayoría de especies de pinos, no tiene opciones de rebrote. No estaría de más sustituirlo por otro ejemplar, de la misma especie o si se desea de otra, pero con mejor aspecto para dar la bienvenida al viejero que nos visite. De paso puede ponerse por supuesto la tilde al nombre del pueblo, lo reclama a gritos hace muchos años.  

La hierba de las cunetas

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Matas de Dittrichia graveolens, al pie de uno de los mojones que rodean el entorno de la antigua caseta de peones camineros, a la salida de Belalcázar por le carretera A-422 hacia Cabeza del Buey.
 
En alguna ocasión han enviado al blog preguntas sobre la hierba de las cunetas que sale a finales del verano por las carreteras que llegan a Belalcázar. Lleva muchas décadas con nosotros pero parece estar en expansión, y cada año se hace más abundante.

Aspecto de matas jóvenes (izq.) y del extremo de un tallo ya florecidos (der.) de D. graveolens 


Se trata de la especie Dittrichia graveolens, de la familia de las Compuestas o Asteráceas, y es pariente próximo de la olivarda (D. viscosa), de costumbres parecidas pero de presencia más reciente en nuestra zona y con mayor talla y vistosidad. Al ser menor la D. graveolens se la suele denominar 'olivardilla', aunque también está afianzado el nombre 'yerba pulguera', ya que como otras plantas parecidas de olor fuerte y algo desagradable, se usaba para prevenir las presencias de las pulgas y otros parásitos. El olor se desprende de los compuestos almacenados en glándulas y pelos dispuestos sobre las hojas y el tallo, que le confieren además un tacto viscoso, adhiriéndose fácilmente a la piel cuando se toca la planta. 

Como ocurre con la tradicional yerba pulguera belalcazareña, la 'matarrabias' (Pulicaria hispanica), la olivardilla también se ha usado en el pasado para fabricar escobas domésticas, que unían dos características adicionales al arte de barrer; de un lado, al mantenerse durante algún tiempo la adhesividad de sus hojas y tallos, permitían capturar parte de la suciedad que se quería eliminar en el suelo, siendo especialmente útiles en rincones, suelos de bolillos y otros lugares poco accesibles para las escobas de otros materiales (palmiche, tamujo, alijonjera, etc.); de otro, al dispersar su esencia ayudaban a desinsectar las viviendas, ahuyentando a chinches y pulgas.


Cabezuelas florales de la olivardilla, donde pueden apreciarse los pelos glandulares que le confieren aspecto viscoso al tacto, y que desprenden el característico olor de la planta.

La olivardilla es planta anual y florece desde finales del verano hasta bien entrado el otoño, dispersando sus semillas en los meses ventosos del invierno. No suele sobrepasar los 50 o 60 cm de talla, y además de en las cunetas de carreteras no es raro verlas, cada vez más, como planta colonizadora de los barbechos estivales que aún no se hayan labrado.

Por carteles que no sea

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Al acceder a Belalcázar desde Cabeza del Buey, pasado el último altillo que ya permite otear el casco urbano, el viajero puede encontrarse ante un cartel difícil de digerir o que apenas le dirá nada. Se encuentra a mano izquierda, a la altura de la Fuente del Chorrito pero al otro lado de la carretera A-422. Como veréis en la imagen –de ahora, aunque hace ya unos cuantos años que está en el mismo sitio- es una placa grande de granito con un mapa más que esquemático y, eso sí, con una plaqueta de plástico poco estética, donde algunos logotipos institucionales se dan de codazos entre sí –falta el del ayuntamiento belalcazareño, que hizo bien en no entrar en el asunto- . Poca información da el monolito, indica la situación de las poblaciones que formaban parte del Condado de Belalcázar, pero a una escala tan grande y sin referencia de las distancias, que al viajero a pie le sirve de muy poco; al menos, eso sí, el caminante se lo topa casi de frente yendo por su izquierda y le da tiempo a contemplarlo. Es una lástima, porque el granito está bien tallado, y estando buena parte del espacio del panel desaprovechado, podría complementarse con información más útil para caminantes y ciclistas.


Al viajero en vehículo no le da ni tiempo a verlo, a mano izquierda apenas pasado un cambio de rasante, justo en el sitio donde no puede ni debe detenerse; de hecho lo raro es que llegue a percatarse de la presencia. Lo normal es que esté atento a su derecha, por donde le sale al paso un camino entrante asfaltado –el antiguo trazado de la propia carretera-, la imponente imagen del Castillo de Belalcázar, y una excelente visión de todo el casco urbano de la localidad. Por supuesto, si va en sentido inverso, hacia Cabeza del Buey, solo ve el monolito por detrás, sin ninguna información.   

Llegaron para quedarse

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Desde hace algunos años es cada vez más frecuente ver por todos los cascos urbanos de Los Pedroches ejemplares residentes de Tórtola turca o de collar (Streptopelia decaoto). Esta especie se emepzó a ver como animal de granja en los años 70 y 80, y en algunos casos hubo intentos de sueltas para su aprovechamiento como especie cinegética, pero a diferencia de la Tórtola común (Streptopelia turtur), la de collar no se adaptaba a los entornos naturales, de los que huía rápidamente, o donde desaparecía rápidamente al ser presa fácil de los predadores.

Ejemplar de tórtola turca, instalado en la cruz de la veleta de la Casa de Osuna de Belalcázar, en agosto de 2014.

En las últimas 3 o 4 décadas se ha producido de un lado el asilvestramientop de esos ejemplares cautivos en los entornos urbanos, y de otro la colonización progresiva de la especie de modo natural, desde el Mediterráneo Oriental al Occidental, lo que ha hecho aumentar su presencia en nuestra zona, siempre refugiándose en la áreas habitadas por el hombre, donde nidifica con facilidad en árboles y a veces en las propias viviendas. Sus nidos son extremadamente sencillos, a menudo hechos con unas cuantas ramillas entrecruzadas , mantenidas con un lecho de excrementos de la propia especie.

Alegrías (vegetales) en casa

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Aspecto de una de las variedades ornamentales de Impatiens walleriana, la especie actualmente más cultivada bajo el nombre popular 'alegría de la casa'


Entre las especies de plantas ornamentales más populares en Belalcázar se encuentran las ‘alegrías de la casa’ (plantas del género Impatiens), que se adaptan perfectamente a los patios y a interiores bien iluminados. Se encuentran entre nosotros hace ya muchas décadas, aunque muchas de las personas que visitan el blog se habrán percatado de que las actuales ‘alegrías’ no son las mismas que se veían hará 30 o 40 años.

Impatiens balsamina, especie que hasta hace pocas décadas se cultivaba como representante del género Impatiens en las casas belalcazareñas.

Las plantas que tradicionalmente se cultivaban de este género correspondían a la especie Impatiens balsamina, llamada popularmente ‘balsamina’, cuyas flores nacían en las axilas de las hojas, colocándose sobre el tallo a modo de espiga; a veces las flores quedaban escondidas por las hojas, perdiendo la planta parte de su interés en jardinería. I. balsamina es oriunda del SE asiático, y probablemente entró en Europa hace bastantes siglos, precedida por su fama como planta medicinal –aunque luego aquí se usara casi exclsuivamente como ornamental-. En las boticas centroeuropeas de finales del XIX y principios del XX, la balsamina se dispensaba como antihistamínico y como remedio curativo para las picaduras de serpientes y arañas. En la actualidad, I. balsamina es una especie rara de observar como planta de interior, y en ocasiones se utiliza en jardinería pública para fromar grupos o arriates en sitios poco iluminados.

Ejemplos de algunas de las variedades cultivadas de Impatiens walleriana.
 
En las últimas 3 décadas se ha popularizado progresivamente el empleo de otra especies de este género, que es la que actualmente se tiene como especie de interior. Se trata de Impatienswalleriana, de flores más grandes y achatadas, agrupadas en los extremos de los tallos; proviene del E de África, y para algunos especialistas se trata de una planta de origen híbrido. Posee más de una docena de cultívares con formas florales diferentes, a las que hay que añadir la fuerte variación del color floral en cada una de ellas, desde el blanco o el rosado cárneo hasta el púpura o el rojo vivo.

Impatiens balfourii, conocida como 'pendientes de la reina', cultivada sobre todo en zonas de climas fríos y lluviosos, y ocasionalmente asilvestrada como en la imagen, en las inmediaciones de Peroblasco (La Rioja).

El género Impatiens posee más de 100 especies, en su mayoría anuales, distribuidas por el hemisferio N, viviendo desde las selvas lluviosas de clima tropical hasta zonas de gran altitud, o bosques templados en el NE asiático y Norteamérica. De este último grupo de plantas de climas fríos, se cultiva también otra especie, abundante e incluso fácilmente asilvestrada en el N de la Península Ibérica, que a veces se ha mantenido en casas y patios en Los Pedroches, aunque aguanta mal los veranos excesivamente calurosos. Se trata de I. balfourii, conocida como ‘pendientes de la reina’ por la forma de sus flores colgantes; procede de las riberas de las zonas bajas del Himalaya, y sus flores suelen ser casi siempre blancas en la parte superior y rosadas en los pétalos inferiores.

Aspecto de la planta y flores de Impatiens balfourii

El género Impatiens, recibe su nombre por la ‘impaciencia’ de sus frutos, cápsulas alargadas que estallan rápidamente al tocarlos si están maduras, expulsando docenas de semillas diminutas y a menudo adhesivas al tacto. El nombre de la única especie nativa de Europa redunda en esta característica; se trata de I. noli-tangere -es decir, ‘no tocar’-, parecida a la ilustrada I. balfouriipero de flores amarillentas y relativamente grandes. Las Impatiens son denominadas a menudo ‘no me toques’, precisamente por esa característica de la rápida explosión del fruto, que facilita su dispersión.

Impatiens grandiflora, especie invasora en las regiones atlánticas de Europa. Imagen tomada en la reserva natural de Sombeke (Bélgica, 09.2000)
 
Varias especies exóticas de este género se han asilvestrado, sobre todo en el centro y norte de Europa, siendo las más relevantes Impatiens grandiflora, colonizadora de riberas fluviales, e I. parviflora, que suele formar densos tapices herbáceos en los bosques a hayas y robles de algunos países del centro de Europa. Afortunadamente ni I. balsamina ni I. walleriana -esta última a menudo es estéril- parecen comportarse como plantas invasoras en nuestros evosistemas naturales.

Impatiens parviflora, invasora en el sotobosque del bosque de hayas y carpes del Monumento Natural de Plesivec (República Checa, 06.2001)

I. parviflora, invasora del sotobosque de los tramos de vegetación forestal en el Jardín Botánico Silva-Taruca  (Pruhonice , República Checa, 08.2000) y de la Universidad de Cluj (Cluj-Napoca, Rumanía, 09.2007)
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